Tú, ¿qué dices?
El mundo parece empeñado en destruirse. Como una máquina que quiere aniquilarse con su propia marcha, su propia técnica, sus propias innovaciones.
No encontramos quién sea capaz de dar la vuelta al timón, de poner el pie en el pedal, de restituirle al hombre su lugar. Ofrecer dignidad a la vida, pan a las manos, confianza y amor al corazón.