Tengo miedo de ser
tristeza,
o ser hastío,
o que me cubra
la nieve.
Cuando todavía
puedo arder,
y llevar trozos de
leña encendida,
llamas de
hoguera.
Temblor de
alma que se
siente brasa
honda y sensible.
Tengo miedo
al silencio
cuando todavía
puedo ser palabra
qué consuele.
Y mano que
levante.
Tengo miedo de
que el viento se lleve
mis rosas.
Y el mar hunda
mis perlas.
Y el dia sepulte
las estrellas.
Y la dulce
hondonada
de un beso.
Zenaida Bacardí de Argamasilla