Posees la intuición, sin perder la capacidad de razonar.
Eres signo de fragilidad y tienes la fuerza de un acero afilado.
Sobre la tierra eres la de mayor dulzura, la de mayor bondad, la más delicada, la más tierna. Y nadie en este mundo lleva tan escondidos los canales del veneno y la amargura.
Eres la sonrisa y la lágrima, intérprete entre la pasión del hombre y la fuerza del espíritu que todo lo eleva.
Tu imagen es la más hermosa, pero con humedad de lágrimas creas la vida.
Eres más consciente, más madura, más superada… aunque de manos del dolor, se evaporan tus mejores sueños con los rayos fuertes de la realidad de hoy. Te pierdes, te desconoces en esta nueva imagen tan moderna. Pero vuelves a encontrarte, a reconstruirte, a identificarte en el contenido que el universo quiso darle a tu vida.
Zenaida Bacardí de Argamasilla